Sen

Cantidad/peso: Libra, 2 onzas.

Principales usos e indicaciones

Los componentes principales del sen son los senósidos. La infusión de esta planta se ha mostrado como un potente laxante a corto plazo y es este su principal uso. Para que sea lo más eficaz posible la infusión de hoja de sen, se recomienda beberla antes de irse a dormir, ya que facilitará la egestión a la mañana siguiente. La dosis diaria recomendada de hojas de sen está entre 0,5 y 2 gramos.

Gracias a que ayuda a paliar los efectos del estreñimiento, facilitando eliminar las heces, también permite curar lesiones en el recto como lo son las hemorroides. Para este fin, pueden consumirla personas mayores de los 2 años, aunque se recomienda que niños de entre 2 y 15 años tomen otros tratamientos, como aceite mineral y lactulosa.

Esta planta es diurética, con lo cual contribuye a depurar el organismo y disminuye la retención de líquidos. También se la ha asociado con una mejora en la musculatura del aparato urinario, facilitando en la expulsión de la orina.

Se cree que el sen es un tratamiento probablemente eficaz para la preparación del intestino antes de una colonoscopia, al igual que el aceite de castor y el bisacodilo. No obstante, la investigación todavía tiene que aclarar si las hojas de sen son el componente más efectivo para este fin o si otras sustancias como el polietileno glicólico o el fosfato de sodio son más efectivos para limpiar los intestinos.

Efectos secundarios

El consumo abusivo de esta planta puede generar una situación de dependencia a los laxantes. Esto contribuye a que el intestino no trabaje de forma autónoma, volviéndose “vago”.

La mayoría de los efectos secundarios de esta planta se deben a una sobredosificación y a que se alargue demasiado su consumo a lo largo del tiempo. Consumir diariamente cantidades superiores a los 3 gramos de hoja de sen puede ser tóxico.

Debido a sus efectos laxantes, los principales síntomas que puede acarrear esta planta son del tipo gasterointestinal, como vómitos, diarrea, deposiciones blandas, cólicos intensos, además de disminución de la vitamina K, hemorragias, falta de potasio, disminución de la hemoglobina, hipocalcemia, hipocalemia, mala absorción intestinal, deshidratación, aumento del flujo menstrual, daños hepáticos y, en los casos más graves, coma.